E7 Cuando mi zarco maceta Am se empezó a poner bichoco, E7 pa que descansara un poco Am me compré una bicicleta; E7 aunque bellaca y repleta Am de mañas y de cosquillas, E7 yo, que he domao cien tropillas Am en un mes, la hice de andar Dm y me largué a disputar Am E7 Am la penca de las Mil Millas. Me julepió de endeveras largar de Montevideo, con mi chiva de paseo entre chivas parejeras, puras marcas extranjeras de diferentes naciones; yo de bombachas marrones parecía mas ridículo al dir montando un vehículo fabricao en Canelones. Mencionando a cada hombre mezclaba el altoparlante la firma de un comerciante y productos de renombre; cuando se anunció mi nombre ya no me sentí tan solo; fui presentao por Manolo y Ezequiel Echeverría con su tambo, lechería y venta de cuartirolo. Pregunté el itinerario y agarré velocidad y pasé por Libertad seguido de un adversario; al cruzar frente a Rosario le dentró la parsimonia y cuando llegué a Colonia punto final de la etapa me recibieron con grapa y una linda ceremonia. Por la ciudad rosarina volvió a cruzar mi persona y pasando por Cardona llegué a Santa Catalina; un pelotón en la esquina me quiso tender sus redes y entre espadas y paredes crucé el pueblito Rodó pero al fin primero yo chupando grapa en Mercedes. Más rápido que los vientos y contra el viento reinante, llegué lejos adelante a los pagos de Fray Bentos; sin ponerme linimentos pa aliviar el caracú, fresquito como un ombú y más fuerte que las rocas tomé una grapa en Tres Bocas y dos más en Paysandú. Cuando salimos de allí se me ocurrió hacer un alto y antes de llegar a Salto tomé grapa en Chapicuy; al rato me les perdí detrás de la «polvadera» y dando la vuelta entera finalicé LA jornada tomando grapa cortada en la ciudad sanducera. Compré un radio transitor y frente a Young lo prendí cuando al referirse a mí anunciaba el locutor: -El raro competidor de asombrosa calidad, rey de la velocidad que siempre se nos escapa, debe estar chupando grapa en un bar de Trinidad. En la siguiente partida hice más fuerza que un asno y tomé grapa en Durazno, Sarandí Grande y Florida; llegué a la meta enseguida con ventaja de una hora y entretuve la demora estudiando bien el mapa después de llenar con grapa el chifle y la cantimplora. Salí como una luz mala en el siguiente eslabón tomé grapa en San Ramón y tomé grapa en el Tala; me armé un cigarro de chala, me compré unas golosinas; en Migues robé gallinas, pinché mi chivita guapa, puse un parche, tomé grapa y llegué primero a Minas. En el último escarceo y con una tranca loca, pasé primero por Soca por Pando y Montevideo; me entregaron el trofeo y al abrazarme mi amada me vi montado en la almohada escuchando al despertar: ---«¡Dejate de pataliar que me tirás la frazada!» Sabiendo inútil mi empeño de competir y vencer me dio rabia comprender que todo había sido un sueño; y me sentí tan pequeño, tan derrotao, tan vencido que pa bien de hallar olvido le saqué al chifle la tapa, me tomé un litro de grapa y volví a quedar dormido.