Letra de Johana
Siempre me ha gustado
tatuarme
todos los nombres de las mujeres
que han sido cientos, qué digo, ¡miles!,
las que han pasado por estas manos
finas, frágiles, delicadas;
ojitos tiernos, pelos perfectos, culitos firmes
(y no tan firmes), y casi siempre con muchos
se nos nota enseguida a todos los hombres,
nos gustan las mujeres con labios pronunciados.
Hasta que una mañana llegó Johana,
bueno llegó, allí se encontraba
y fue y me dijo: Muy buenos días
y vi en sus labios la osadía
de aquella noche que yo olvidaba,
pero que enseguida recordé.
Ay a ver, simplificando todo el nombre de mujer
que conozco yo sin duda que me quedo con Johana,
y eso que toda nuestra historia y nuestra relación
y lo que fue el romance se reduce a una semana.
Ella miró, ella besó, ella siguió, y no paré.
Y es que esta chica es, ya no digo mona,
sino viciosa como ella sola,
qué fijación por darme placer,
hasta su acento es algo francés.
Es la melodía de tos los días,
me falta calcio y eso fue un lunes, imaginaos
¡a la semana!, ni es humano ni es normal.
Que por bien no venga, decía mi padre,
si no es amor es vicio, pero agradable.
Ay a ver, simplificando todo el nombre de mujer
que conozco yo sin duda que me quedo con Johana,
y eso que toda nuestra historia y nuestra relación
y lo que fue el romance se reduce a una semana.
Ella miró, ella besó, ella siguió, y no paré.
Cuando más la recuerdo es al llegar el invierno,
porque en las noches frías siento el calor.
A veces el infierno y otras veces el cielo,
pero sin duda entre las miles fue la mejor.
Ay a ver, simplificando todo el nombre de mujer
que conozco yo sin duda que me quedo con Johana,
y eso que toda nuestra historia y nuestra relación
y lo que fue el romance se reduce a una semana.
Ella miró, ella besó, ella siguió, y no paré.