G D C G Nosotros vinimos cantando los días, D C dejamos el cielo y las restas del aire. Am C G Nosotros cantamos las cosas del mundo, D C G los vivos, los muertos y el hombre y su viaje. La altísima lluvia no sabe su pena, no incluye alegría la roja manzana: lloramos nosotros el agua y las nubes, ponemos la risa después de la rama. RECITADO: No hay sólo silencio en el mismo silencio: existe la antigua canción de las horas que cantan los tiempos desde antes del fuego y vamos diciéndola con nuestra sombra.