Una hora para dos
Jose María Napoleón

Aún tengo tu calor en estas manos
te han puesto en tu cuerpo la semilla
aquí en este cuarto alquilado
donde en vez de amor se da mentira,
lo nuestro no es reflejo de ese espejo
ni nace del alcohol de una botella
lo nuestro simplemente es un “te quiero”
que brota como el agua cristalina.
Vamos ya han llamado a la puerta
del reloj de amores no entiendes, ven,
vamos ya a las calles de siempre
que no importan las calles … la gente.
Que importan las paredes de este cuarto
ni las notas, de un vals que está olvidado
yo sé que en esta hora estoy naciendo
y que prendido de tu cuerpo, iré aprendiendo mi amén,
y en el fondo de mis ojos, conocerás
ese hijo que ya es nuestro
la semilla de amor nunca muere
nuestro hijo vendrá Dios lo quiere.
Vamos ya han llamado a la puerta
del reloj de amores no entiendes, ven,
vamos ya a las calles de siempre
que no importan las calles … la gente.
"Vamos ya"