LA RE
Supongamos -¡es tan fácil suponer!-
LA
que el mar, como bien podría ser,
MI
fuese una mujer.
RE
Quién sabe, acaso
MI FA#m
el horizonte no sería
SIm
un inmenso paredón,
LA
sino donde las sirenas
SIm
cantan su canción
MI LA
de amor y anarquía.
Supongamos -¡es tan fácil suponer!-