A Yo no sé por qué mi Dios D le regala con largueza E sombrero con tanta cinta A a quien no tiene cabeza. A A dónde va el buey que no are, D responde con prontitud, E si no tenis la contesta A prepárate el ataúd., Vale más en este mundo ser limpio de sentimientos, muchos van de ropa blanca y Dios me libre por dentro. Yo te di mi corazón, devuélvemelo en seguida, a tiempo me he dado cuenta que vos no lo merecías. Hay que medir el silencio, hay que medir las palabras, sin quedarse ni pasarse medio a medio de la raya. Yo suspiro por un Peiro, cómo no he de suspirar, si me han entregado la llave de todo lo celestial. Y vos me diste el secreto de chapa sin cerradura, como quien dice la llave del tarro de la basura. Déjate de corcoveos, que no nací pa jinete, me sobran los Valentinos, los Gardeles y Negretes. Al pasito por las piedras cuidado con los juanetes, que aquí no ha nacido naide con una estrella en la frente. Discreto, fino y sencillo son joyas resplandecientes con las que el hombre que es hombre se luce decentemente. Alberto, dijo, me llamo, contestó. lindo sonido, más para llamarse Alberto hay que ser bién albertío.