Canta Eduardo Márquez / Trío Antonio Sureda 3-4-1936 Buenos Aires Odeón. Dm A7 Dm En aquel pobre señalero de madera Gm Dm que el viejo tata construyó con un vagón A7 Dm vivía una linda virgencita de los campos Dm/F E7 A era morocha muy tostada por el sol. Era la buena madrecita de la casa porque muy sola desde chica se quedó y sabía cumplir con los quehaceres Dm/F E7 D porque mirando a las aves aprendió. C F La llamó el hornero en las mañanas C F y el ritmo chirriante de su canto Gm Dm para ella era igual como una diana, no bien A Dm el claro sol asomaba por los campos. Le enseñó la calandria un lindo trino la torcaza a ser buena y generosa y soñó con un mundo de esperanzas sin fin porque miraba volar las mariposas. Él era un joven maquinista que guiaba el tren primero que cruzaba esa región y que a su paso pedía vía libre a la morocha que apresó su corazón. Y aquella linda virgencita de los campos en las barreras con cariño lo esperó y aunque al pasar le brindaba una sonrisa con las señales decía de que no. Este idilio amoroso quedó trunco porque un día chocara el mañanero dio su vida aquel bravo maquinista y con él los dulces sueños de amor también se fueron. Ya no hay nadie en el viejo señalero la calandria no alegra con su canto es inútil que la llame el hornero, se fue la linda flor que adornaba aquellos campos.