Gracias a tu sí
Angel Alonso

Nada que hablar: tu Hijo-Dios me había llamado.
Sentí dudar de esa Voz que me había hablado;
temor tal vez al pensar que perdería;
crisis de fe, todo oscuro se veía.
Y en el camino de retroceso te presentaste, me invitaste a volver.
Y de nuevo volví: fue gracias a tu sí.
Siguiendo tu huella, marcada en la historia, volví a tu Hijo.
Y hoy estoy aquí: es gracias a tu sí.
A pesar de todo (el cansancio, la duda) fuiste, Madre, mi auxilio.
En soledad muchas voces escuchaba;
quería marchar hacia un mundo que callara.
Palpé tu voz: fue silencio y alegría;
calló el sabor de preguntas «si podría...».
En el camino de retroceso te presentaste, me invitaste a volver.
No pensé jamás que tu escuchar
ni tu obedecer sin decir «¿por qué?»
me podrían dar la oportunidad de poder mirar a la libertad.
Hoy se te llama dichosa por las obras de Dios en ti;
hoy yo te llamo dichosa porque soy fruto de tu sí.
Y por eso volví: fue gracias a tu sí.
Siguiendo tu huella, marcada en la historia, volví a tu Hijo.
Y hoy estoy aquí: es gracias a tu sí.
A pesar de todo (el cansancio, la duda) fuiste, Madre, mi auxilio;
y por eso volví: fue gracias a tu sí.