Juan Acosta
Luciano Cañete

Sobre un diario ya sin letras
Don Juan Acosta descansa
otra noche sin respuestas
y el rocío lo desangra
y una luna que no encuentra
que el sol entibie su alma
ya no hay pasos en las calles
y eso le recuerda al chaco
se dibuja cuando niño
le confeso a un palo santo
que su carne era una astilla
desgarrada de su tallo
Estribillo:
No hay escuela que le enseñe
a luchar su vida diaria
y sin un cinco pal bondi
va pateando madrugadas
pa ver si encuentra aquel diario
donde don juan descansaba
Despojado por la ausencia
de esta sociedad barata
que retorcieron sus sueños
que mutilaron sus alas
Los que hoy señalan con asco
como si el fuese otra raza
se va perdiendo en sus ojos
después de una gran jornada
de andar urgando los restos
que desechos la ignorancia
corta un pan y come un trozo
El resto a alguien le hará falta piensa
Estribillo:
No hay escuela que le enseñe
a luchar su vida diaria
y sin un cinco pal bondi
va pateando madrugadas
pa ver si encuentra aquel diario
con sus letras ya gastadas