Dieta para dos
María Villalón

Empiezo a calentar
lo poco que he puesto en tu lugar,
añado unos gramos de azúcar
mezclamos recuerdos
a punto de caducar.
Dejamos reposar
y mientras caliento las sábanas,
espero que el tiempo que cuecen tus besos
me invite a probar otro cuerpo.
Y a solas no paso de media persona
al fuego hay comida de sobra
se me cae una pizca de sal
y se cuela en mi boca.
Guardo en algún lugar
un frasco de especias a medias
ese clásico olor me recuerda a la dieta
que nunca pudimos continuar.
Se ha quemado tu mitad,
rogué a fuego lento mis lágrimas,
derramé las migajas de pena
que el pan desprendió
de su parte incompleta.
Y a solas no paso de media persona
al fuego hay comida de sobra
se me cae una pizca de sal
y se cuela en mi copa
que brinda tan fuerte que explota
mis manos vacías se cortan
aparece el sabor a metal
y salpica mi ropa.
Hoy has llegado tan raro como había imaginado
y no te has sentado en mi lado tranquilo y callado
haciéndote el tonto y fingiendo escuchar.
Y a solas no paso de media persona
al fuego hay comida de sobra
se me cae una pizca de sal
y se cuela en mi copa
que brinda tan fuerte que explota
mis manos vacías se cortan
aparece el sabor a metal
y salpica mi ropa.