Cura de humildad
Rodrigo Soler

Todo tu glamour atiborrado en un rincón,
con ese corazón tan adicto a los errores,
actué cada comedia que escribiste en tu guión
pero nos ha jodido mayo con las flores….
No perdamos nunca la elegancia y la intuición,
tan sólo huyamos raudos y veloces,
incluso he renunciado a narrar mi confesión
pero sabés que dios castiga y no da voces…
Y hoy sólo soy uno más,
de los que dejan tu vida por la puerta de atrás,
y no me sirve para nada esta biografía desautorizada…
Se pasa la locura de esta cura de humildad,
si tuvieras la bondad de arrepentirte,
me muero por oírte decirme la verdad,
pero me divierte más verte mentirme…
Y ahora que no hay nadie que dé cuerda a mi reloj,
y que mi vida anterior se desmorona,
ya no me quedan sueños que dictarle al corazón,
pero al menos mi dolor no me traiciona…
Voy a aceptar que perdí,
pero no me subestimes, yo también te mentí,
y no te queda ya en mi vida nada más que esta canción de despedida…. Adiós…
Y aunque duermo en otros colchones, todas las canciones te las escribo a vos,
suele tener mi corazón, cierta inclinación a las idealizaciones
te acostarás con idiotas más guapos, maduros y de la televisión,
pero ninguno de esos tarados resigna su orgullo escribiendo tu canción…
De vez en cuando recuerdo que soy como todos, te pierdo y te vuelvo a extrañar,
nos quedamos sin final, pero tuvimos despedida a nuestro modo,
y ahora a mirar pa’lante, ya tuve bastante, tengamos la fiesta en paz,
si no echás la vista atrás, yo prometo no incordiarte…
Y no me sirve para nada esta biografía desautorizada,
no te queda ya en mi vida nada más que esta canción de despedida….
Y no me sirve para nada esta biografía desautorizada,
no te queda ya en mi vida nada más que esta canción,
de despedida, corazón…
Adiós.